Carlos Tevez ya está lejos de aquel juvenil Apache que aguantaba, encaraba, gambeteaba como en un potrero de su infancia. A esta altura no es, tampoco, el que la rompió en la Juventus en los metros finales, el que volvió a Boca en 2015 y levantó a un equipo caído a base de goles y asistencias también en los metros finales. Carlos Tevez se reinventó, y su liderazgo para el equipo ahora viene desde los 3/4 de cancha y no en el área rival.
Leé también: La importancia de Gago en el equipo
Parado atrás de un centrodelantero y explotando la velocidad por los costados -tanto de extremos como laterales-, Carlitos es uno de los máximos asistidores del torneo con cuatro pases gol. Contra San Lorenzo fue una de las figuras y no sólo por habilitar a Benedetto en el 1-0: creó faltas, probó de media distancia y, sobre todo, logró bajar el ritmo frenético del partido en momentos en que Boca la pasaba mal. Ya venía, además, de buenas actuaciones contra Central por Copa Argentina, Gimnasia en La Plata e incluso Sevilla en España.
Reinventándose, Tevez está volviendo a ser determinante para Boca, tras un arranque de semestre algo dubitativo. Con su personalidad intacta y un nuevo rol, parece haber encontrado su lugar dentro de un esquema que Guillermo Barros Schelotto venía planificando para él. Si el DT mantiene a Carlitos allí y no toca el dibujo táctico, crece la esperanza de un Tevez como faro futbolístico para guiar al equipo a buen puerto.
Comentarios