Cada vez que sale a la cancha el equipo de los Barros Schelotto hay una certeza: va a llegar al gol. Puede jugar mejor o peor, defender bien o mal, o sufrir falta de efectividad en ataque pero siempre va a convertir. Hubo una renovación en el plantel y pasaron muchos nombres, se fueron referentes, pero el equipo mantuvo una voracidad ofensiva que se refleja en el dato que ya superó los 80 goles en 44 partidos entre Torneo Local, Copa Libertadores y Copa Argentina.
Boca sufre la ausencia de Gago para los próximos partidos pero no se desespera por la baja. Lo que lo mantiene tranquilo a Guillermo es que hay una plantilla extensa y que el trío de atacantes conformado por Ricardo Centurión (6), Dario Benedetto (12) y Cristian Pavón (14) convirtió 32 de los 81 goles del ciclo. Y si hay problemas, siempre está a mano Walter Bou y su cuota goleadora en partidos importantes.
La victoria ante Defensa y Justicia en la Bombonera fue otra muestra de que el ataque salva al equipo de Guillermo. Jugando un mal partido, sin la agresividad que lo caracteriza, bastó una inspiración y una apilada de Centurión más una definición con clase del centrodelantero para un triunfo valiosísimo que le permitió escaparse a cinco puntos en lo más alto de la tabla.
Los ochenta ya fueron. Ahora este Boca, voraz, hambriento, va por más. De goles se vive…
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