Las ganas de que el campeonato llegue a su fin con Boca en lo más alto suele provocar una ansiedad que a veces es contraproducente. El caso ejemplificador es el de este fin de semana: tras el empate con Estudiantes en La Plata, sonaron voces de inconformismo; mientras que, por la derrota de Newell’s, finalmente el Xeneize terminó con mayor diferencia en lo más alto, con cuatro de ventaja a los de Rosario.
En Boca se terminará por entender que algunos empates pueden ser valiosos. No es el caso de los puntos que se dejaron en el camino contra Patronato y también Atlético Rafaela, dos partidos contra equipos de flojo presente. Aún a pesar de esos tropiezos, tanto desde el resultado como desde lo futbolístico, ahora el equipo de Guillermo tiene una ventaja para nada despreciable en la zona de definición: River y Newell’s, a siete y cuatro puntos respectivamente -los de Núñez deben un duro partido en Tucumán-, deberán visitar la Bombonera con intenciones de ganar si es que realmente quieren competirle a Boca.
Boca tuvo un partido chivo en La Plata, se defendió bien y no le escapó a la lucha, aunque también queda el sabor de que con más audacia e inteligencia se podría haber ganado. Así y todo, lleva cuatro de ventaja al escolta y va puntero hace diez fechas. En la recta final, además de argumentos futbolísticos, para Boca también será importante un aspecto psicológico que últimamente no abunda: la paciencia.
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