Cuánto se ha hablado y cuánto se ha criticado a la defensa de Boca en general y a los centrales en particular en lo que va del torneo. Ni siquiera en aquel brillante cierre de 2016, con tres clásicos ganados en fila, se corrió la lupa sobre ellos. Ahora, en las últimas tres fechas, el problema parece menor: con Fernando Tobio y Lisandro Magallán (tras la lesión de Juan Manuel Insaurralde) en la cueva, Boca sólo sufrió un gol en contra (y de penal) en esta racha. ¿Cuánto hay de mérito? ¿Podrá mantenerlo el equipo?
Boca ya no es aquel equipo súper ofensivo y dinámico de tiempos anteriores, que desprotegía más de la cuenta a los centrales. Incluso la entrada de Wilmar Barrios por delante de la línea del fondo también es un factor ineludible a la hora de hablar de una mayor seguridad. Pero no se debe sacarles méritos a ambos defensores: los dos ingresaron en un momento caliente del torneo, en etapa de definición, y hasta ahora han estado a la altura y han mejorado lo hecho por sus predecesores.
Si bien se revitalizó contra Independiente y sacó una diferencia importante para encarar los últimos tres compromisos, se sabe que a Boca no le sobra nada: ha perdido puntos en partidos increíbles. Para achicar el margen de error, nada mejor que sufrir lo menos posible en el arco propio. Y en eso, el Xeneize parece haber crecido. A sostenerlo, que así se sostiene la ilusión.
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