El estilo de este Boca 2017/18 es diferente al del campeón de la temporada pasada. No es que reniegue de la ofensiva ni mucho menos, pero se apoya mucho más en el toque y en la posesión de pelota y no tanto en el dinamismo como antes. Y eso, en el 3-0 contra Olimpo en la Bombonera, se manifestó también en una sensación que debe ser la que acompañe al Xeneize el resto del torneo: tranquilidad.
Boca viene de salir campeón, Guillermo Barros Schelotto ya se puede bordar una estrella también en su traje de entrenador. Sin esa presión inicial y después de superar algunas tormentas, el equipo debe estar más confiado, más seguro. El gol tempranero y las notorias diferencias de nivel con el rival contribuyeron también a hacer de la Bombonera el escenario de una tarde de calma, de paz, sin desenfreno ni sobresaltos. De principio a fin, el Xeneize supo que iba a ganar el partido.
El estilo equilibrado y el haber sido campeón son las principales armas de este Boca para ganar la batalla entre la tranquilidad y la ansiedad. Definitivamente, el Xeneize está embarcado en un proyecto de largo plazo, con la Copa Libertadores 2018 como objetivo en el horizonte: renovó contratos, trajo jugadores con chapa, está probando en otros puestos (la competencia en el arco es el mejor ejemplo). Se necesita de esta tranquilidad para construir prolijamente sobre los cimientos ya asentados.
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