Darío Benedetto es la sensación de este Boca que también es sensación. El Pipa renovó su contrato en vez de irse y empezó el semestre on fire, igual que terminó la temporada pasada. No es el único: Cristian Pavón, sin tantos flashes ni tapas de diario, también decidió extender el vínculo con el club pese a sondeos de Europa y es otra de las piezas claves de la máquina de Guillermo Barros Schelotto.
Desde que empezó el semestre, Pavón dio asistencias contra Gimnasia y Tiro, Olimpo, y Vélez, y sumó un gol contra Godoy Cruz. Después de renovar su contrato y elevar su cláusula a más de 20 millones de euros, el cordobés parece haber alcanzado la madurez y la regularidad que, a veces exageradamente, se le reclamaban: Pavón exige al rival todo el tiempo, desborda con precisión, asiste a Benedetto, entiende a la perfección los pases de Gago y hasta da una mano en los retrocesos.
Guillermo siempre lo valoró, le dio responsabilidades y lo bancó en momentos en que algunas dudas se sembraron sobre él. Hoy, con el equipo más aceitado, Pavón también muestra su mejor cara y hace todo lo que debe hacer para que los flashes se los lleve Benedetto, su socio ideal.
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