Arrancó el semestre sorprendiendo y también ilusionando: Pablo Pérez volvió a su mejor faceta convirtiendo ante Olimpo, Godoy Cruz (por duplicado) y con Gimnasia y Tiro (Copa Argentina). No fue pasajero y, partido a partido, el ex Newell’s reafirma que nuevamente está en un gran nivel. El superclásico fue su pico, con presencia y una asistencia decisiva a Nández. Y no sólo adentro de la cancha se hace notar…
Pérez, capitán desde lo referente pero también por su personalidad para suplir a Fernando Gago en cuanto a lo futbolístico, es hoy una de las caras más visibles del Boca de Guillermo Barros Schelotto que arrasa en la Superliga. Es conciente de su momento, toma más riesgos, se planta frente a los micrófonos, y agradece cuando puede a los Mellizos, los entrenadores que le pidieron que se quedara cuando una oferta de Independiente lo hizo dudar.
Tras tiempos de altibajos, Pérez ahora sí justifica su condición de líder y su ascendencia en el vestuario también con lo que se ve adentro de la cancha. Tomó el desafío de ocupar el lugar de Gago y lo está haciendo con creces, también tomando decisiones importantes en los metros finales. Boca va por buen camino y Pérez es uno de los guías.
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