Un paso adelante. Y dos pasos para atrás. Así fue la última semana, que comenzó con el triunfo ante Cruzeiro, una prueba que Boca pasó con sobriedad, y terminó con la derrota ante River en La Bombonera, una lección que todavía no aprende el plantel de Guillermo. La caída podría quedar atrás en un futuro dependiendo de lo que pase en la Copa. El problema es que abre otra vez las dudas sobre el nivel del Xeneize en los clásicos. Y el rival de toda la vida puede estar nuevamente en el camino. Puede ser en una hipotética final de Libertadores o en semis de Copa Argentina, donde el Xeneize enfrenta esta noche a Gimnasia por los octavos de final.
El Mellizo iría con lo mejor que tiene ante el Lobo y después guardaría a la mayoría de los titulares ante Colón pensando en la revancha con Cruzeiro de la semana siguiente. Lo insólito es que el técnico vaya con su 11 ideal, a excepción de las lesiones de los laterales Jara y Olaza, para la Copa Argentina, y haya apelado al recambio justamente ante River. ¿Se confió demasiado? ¿Menosprecio un clásico?
El 11 para enfrentar a Gimnasia en Córdoba formaría con: Rossi; Buffarini, Izquierdoz, Magallán, Mas; Pablo Pérez, Barrios; Pavón, Zárate, Cardona; Benedetto.
Sin tiempo para lamentos, Boca debe cambiar rápido el chip del clásico. Todavía le queda camino en las tres competencias. Pero tiene que aprender la lección de una vez por todas. No siempre juega bien, a veces es superado y las derrotas no se resumen en que el rival metió las que tuvo.
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