Los datos del 2018 de Lisandro López no eran prometedores: el central, bajo propiedad del Benfica, fue prestado primero al Inter y luego al Genoa de Italia, donde apenas sumó dos partidos en todo el año. Así, su llegada a Boca fue mirada algo de reojo a pesar de sus buenos inicios en Argentina. Pero ahora, con cinco partidos enteros en el club, López comienza a disipar dudas.
Viejo conocido de Gustavo Alfaro, que lo tuvo en Arsenal en sus comienzos, Lisandro volvió al país para retomar el nivel que alguna vez supo tener. De gran porte (1.91 metro) y buena calidad de juego con los pies, el central demostró en sus primeras presentaciones que tiene ganas de demostrar que no se olvidó de jugar: en sus cinco encuentros cumplió, convirtió un gol (ante Belgrano) y salvó uno hecho ante Defensa y Justicia.
Respaldado por un fenomenal Esteban Andrada pero ladeado por un dubitativo Carlos Izquierdoz, Lisandro ya es una fija en una defensa que cambió mucho desde el año pasado: los laterales suplentes pasaron a la titularidad. Con la confianza del DT y el visto bueno del hincha en su arranque, López espera partidos de fuste para demostrar que 2018 quedó atrás.
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