La ajustada victoria por 1-0 ante Defensa y Justicia en Varela fue una muestra de lo que hasta aquí viene siendo el breve ciclo de Alfaro. Un equipo efectivo en cuanto a los resultados, pero en deuda aún desde el rendimiento colectivo. Con poco, casi le basta para pelear el campeonato, si se imponía en la derrota ante Atlético Tucumán, paradójicamente uno de los encuentros en los que logró ser superior al rival. Pese a que el tricampeonato es una utopía, el objetivo secundario está cerca de cumplirse y, con el triunfo frente al Halcón, Boca dio un gran paso para sellar su clasificación a la Libertadores 2020.
Lo preocupante, a menos de una semana del inicio de la Libertadores, el próximo martes en Cochabamba ante Jorge Wilstermann, es que el progreso del Xeneize, desde el estreno de Alfaro en el 1-1 contra Newell’s hace un mes, es muy poco. Con el inicio de la doble competencia y la rotación, será todavía más difícil ensamblar un 11 titular.
Por lo pronto, la última prueba antes del debut copero y para acercarse a la próxima edición, será la visita de este viernes ante Unión. En la defensa, donde Alfaro espera por la recuperación de Fabra en el lateral izquierdo, es donde hay menos dudas y repetirá a los cuatro que estuvieron ante Defensa y Justicia. Además, Nández regresará de la suspensión para reemplazar a Almendra, quien estancó su crecimiento en el inicio de este 2019.
El esquema variará hacia un 4-4-2 clásico con el ingreso de Villa como volante en lugar de Tevez. La última variante será la de Wanchope por Benedetto, preservando al Pipa para el viaje a Bolivia. Así, Boca formará con los siguientes 11: Andrada; Buffarini, López, Izquierdoz, Mas; Nández, Marcone, Campuzano, Villa; Zárate y Ábila.
Es cierto que lo mejor es construir sobre victorias, más allá de los merecimientos. La tranquilidad de sumar de a tres la tiene el equipo de Alfaro. Todavía resta lo más importante y es empezar a ver la mano del técnico. El inicio de la Copa será una buena pauta para ver donde está parado Boca…
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