Paso a paso, Boca ya eligió: defenderá con gente y orden, buscará mayor posesión que el rival, tratará de que nuevas sociedades compensen los goles que se fueron de viaje con Pavón-Benedetto e intentará ganar todas las competencias, como enseña la historia.
Con el escudo auriazul en la parte delantera de su buzo, Andrada suma 17 vallas invictas en 2019 y Díaz otra más en la Copa Argentina. En Paraná, con el triángulo Marcone-Campuzano-Tevez, Boca monopolizó la tenencia (alguno despreciará la jerarquía de Patronato, con vara diferente a la utilizada en 2011/12). Carlitos llegó a 77 gritos y quedó a dos de Rojitas, al que esta noche se le tributará un emotivo y justo reconocimiento como miembro destacado del plantel bicampeón de 1969.
Aunque Alfaro no hizo mucha alharaca con la promoción de juveniles a Primera durante los siete meses de su gestión, Weigandt, Capaldo, Almendra (aunque algunos usuarios de Twitter se fastidien) y Obando acumulan minutos en los distintos frentes.
El martes 13 empieza una seguidilla de seis encuentros que concluirá el 1/9 con un clásico en Núñez. El adversario llegará con menos partidos jugados y menos kilómetros recorridos, pero igual levanta la guardia. Como diría un veterano relator: que madure el nocaut.
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