Los cuatro primeros de la Superliga no anotaron este fin de semana, otro dato que refuerza la paridad de un torneo donde hay tres puntos de distancia del 1 al 8 de la tabla. Boca -único no perdedor del lote de arriba- volvió a completar 90 minutos con la valla invicta, recuperó el liderazgo y, a diez fechas del cierre, es un serio aspirante al título.
Además de los números, ¿qué respalda su candidatura?
Solidez del bloque defensivo. Aun cuando pierda la posesión y pase demasiado tiempo dentro del campo propio, como sucedió en Liniers, a Boca no le llegan tanto. La expulsión de Fabra tal vez termine de permitir la entrada de Alonso, quien parece dar mayores garantías de marca y compensa su menor salida con juego largo.
Vitalidad en la media cancha. Almendra (19), Mac Allister (20) y Capaldo (21), todavía en proceso de consolidación los tres, aportan músculo para la lucha. También son capaces de pisar el área rival. Reynoso, próximo a cumplir 24, ofrece un toque distinto, le falta mejor lectura de situaciones: hay que confiar en él.
Experiencia en la conducción. Alfaro, como cualquiera que no ha tenido mucho, arriesga poco. Es buen técnico para este momento de Boca. Y aunque a veces hable tendido, su discurso grita verdades que algunos callan por desconocimiento o conveniencia. Si los delanteros le dan una mano, va a tener premio.
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